La percepción pública de la minería: mitos y realidades

La minería en Panamá es un tema que genera opiniones encontradas. Al escuchar la palabra “minería”, muchos panameños visualizan enormes excavadoras, montañas devastadas y ríos contaminados, mientras otros piensan en desarrollo económico, empleos y crecimiento. Entre estos extremos, existen un sinfín de mitos que han tomado fuerza a lo largo del tiempo. Pero ¿cuánto de lo que creemos sobre la minería es cierto y cuánto es solo un mito?

La minería no construye, sino lo contrario

Este es probablemente el mito más popular. Se asocia la minería con paisajes desolados y comunidades abandonadas. Sin embargo, la realidad es que, en los últimos años, la minería en Panamá ha dado pasos importantes hacia la sostenibilidad. Las empresas mineras están obligadas a cumplir con estrictas normativas ambientales que garantizan la protección del entorno. Hoy día, muchas zonas mineras están reforestando áreas impactadas, creando corredores ecológicos y promoviendo la coexistencia entre minería y naturaleza. Claro, es difícil imaginar que después de una operación a cielo abierto la naturaleza vuelva a su esplendor, pero la ciencia y la tecnología están sorprendiendo con lo que pueden lograr.

Otro mito común es que la riqueza generada por la minería se va directamente al extranjero, sin dejar beneficios en el país. Es cierto que hay inversión extranjera en el sector, pero también es una realidad que la minería ha generado miles de empleos directos e indirectos en Panamá. Además, el Estado recibe regalías e impuestos que se reinvierten en infraestructura, salud y educación, mejorando la calidad de vida de muchas comunidades.

¿Qué pasa con la contaminación?

Se dice que las minas están llenas de sustancias tóxicas que contaminan el aire, el agua y los suelos. Este temor está basado en la minería tradicional de décadas pasadas. Hoy en día, la tecnología ha transformado los procesos mineros, minimizando el impacto ambiental. Las empresas mineras modernas se rigen por estrictos controles de calidad del agua y cuentan con sistemas para mitigar cualquier posible derrame o filtración de sustancias peligrosas. No estamos diciendo que no existan riesgos, pero estos están mucho más controlados de lo que muchos imaginan.

¿Y respecto a la fauna? Aquí hay una gran confusión. Se tiende a creer que todas las especies cercanas a zonas mineras están en peligro de extinción. La realidad es que, si bien la minería puede alterar los hábitats, los proyectos mineros en Panamá trabajan en la protección y conservación de la biodiversidad. Algunos han implementado programas de monitoreo de especies para asegurar que la fauna local no se vea afectada a largo plazo, y hay zonas donde se están repoblando áreas con especies nativas.

Desmitificando la minería

Es natural que la minería genere preocupaciones. Después de todo, estamos hablando de una actividad que tiene un impacto en el medio ambiente. Sin embargo, también es una realidad que la industria ha avanzado significativamente en sus prácticas y que existen grandes esfuerzos por hacerla más sostenible y responsable.

En última instancia, la percepción pública de la minería en Panamá sigue siendo una mezcla de mitos y realidades. Como en todo, lo importante es informarse y no dejarse llevar por viejas ideas que no se ajustan a los tiempos actuales. ¡Y quién sabe! Tal vez la próxima vez que hablemos de minería, pensemos más en desarrollo sostenible que en destrucción.

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