
Los números no mienten. El proyecto Cobre Panamá contribuía casi en un 5% al Producto Interno Bruto de Panamá. Ninguna de las industrias del país posee un plan de expansión con características tan efectivas a corto y mediano plazo que puedan impactar nuestra economía.
La mayor mina de cobre a cielo abierto de Centroamérica representaba el 4,8 % del PIB y el 75 % de las exportaciones de Panamá. Además, contaba con unos 7 mil trabajadores, de los cuales unos 2 mil 100 se acogieron a un plan de “retiro voluntario”.
Sin embargo, estas repercusiones van más allá de sus colaboradores, ya que ha afectado a los empleos que se desarrollaron alrededor del proyecto, provocando un número alarmante: 40 mil personas desempleadas a partir del cierre.
Según el Fondo Monetario Internacional, el dejar sin efectos las operaciones de la mina, también implica la pérdida permanente de alrededor del 0,6 % del PIB en ingresos fiscales y el 7,5 por ciento de las exportaciones de bienes y servicios.
El riesgo de mantener una situación en incertidumbre representa la pérdida del grado de inversión, lo que elevaría los costos de endeudamiento externo de Panamá y aumentaría los riesgos de refinanciamiento.
“No podemos confundir opiniones con datos”, opinó el consultor empresarial René Quevedo quien, de forma acertada, acepta la libertad de expresión, siempre y cuando ésta sea responsable y verídica.